Su última opción era usar su mandamiento..el amor, estaba tan desesperado y eso era lo único que en su cabeza rondaba, debí salvar su vida y la de los demás, ese hombre era demasiado poderoso, lo mejor sería acabarlo o tenerlo de aliado. -Escanor..dejaras todo por mi, ahora yo soy tu sol. Ámame- Susurró lo último mientras con su poca energía rozo el brazo del contrario, con eso bastaba -Ahora estás condenado, nadie puede deshacerlo- -¿Q-que?- El humano cayó de rodillas mientras su cabeza zumbaba