Desde hace un tiempo atrás tenía una vida normal y alegre, trabajaba en una tienda medio tiempo, debido a que los estudios no me permitían trabajar todo el día, porque de lo contrario lo hubiese hecho para poder ayudar más a mi madre con los gastos de la casa y con los estudios de mi hermano menor.
Era estudiante de mercadotecnia en una de las mejores universidades del país, quizás se preguntarán como una chica pobre puede estudiar en una de las mejores universidades, la respuesta es sencilla, gracias a mis excelentes calificaciones gané una beca para estudiar en una universidad de prestigio.
Aunque mi pasión no era la mercadotecnia, sino la escritura me dije a mi misma que por ese momento en esa área tendría más posibilidades de ayudar a mi familia, así que tenía todo bajo control, hasta que conocí a Robert Adams.
Desde ese momento sentí que mi vida se descontroló, y más cuando supe quién era en realidad.