Un instante, solo basto un jodido instante para quedar hipnotizado por los ojos cafés del acompañante de aquella señorita, unos ojos tan amargos como un café cargado en la mañana, irradiaban seducción y ganas de quedarte a tomar ese café y hacerlo día tras día, volverte adicto y no poder dejarlo, algo tenían y no era solo el deseo de querer llevarse a esa chica a la cama. Esta historia es BL, así que la están leyendo bajo su propia responsabilidad, si no les gusta simplemente no la lean, y abstengance de hacer malos comentarios.
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