Axl Ackermann, tan hermoso como infame. Un magnate hipócrita con todas sus letras, fingiendo ser un hombre que actúa rectamente, cumpliendo su deber y de acuerdo con la moral, especialmente en lo referente a la transparencia en los negocios... Todo un hombre perfecto ¿no es así? Pues no, Kerstin Haucke descubre con sus propios ojos la clase de hombre que se esconde detrás de ese escritorio en el piso veintisiete del edificio A&A Industries. Un hombre malvado y que no merece ninguna palabra de honor hacía su persona.