Prólogo.
No sé hace cuánto, cómo, cuándo ni por qué, pero desde que tengo memoria cada noche vivo una historia distinta, como si cada vez que cierro los ojos me transportara a otro cuerpo, otra época u otra dimensión, todo parece tan raro, tan distinto y tan abstracto que cuando despierto confundo mi realidad y sólo pienso... Ya quiero que vuelva a anochecer. Decidí comenzar a escribir sobre estos sueños que, aunque no me atormentan, me hacen viajar en travesías que sólo mi mente y ahora tú que lo lees pueden conocer.
Me metí en este juego de alto riesgo por una sola razón: salvar a mi hermano de una deuda que lo estaba consumiendo. Pero nada podía prepararme para lo que encontré al entrar en este mundo de apuestas y secretos. Mi hermano estaba allí, pero no estaba solo. Y entonces, mi corazón se detuvo al ver una cara que creía haber olvidado para siempre... la de mi ex pareja.