Cada ciertas lunas hago una pausa, me convierto en cascarón, en nido, en capullo. Me inquieto, me conozco y reconozco.
Vuelvo a nacer, porque me escogieron a mí para hacerme florecer!
No está hecho para que lo lean, son solo ideas que se me me meten en la cabeza y decido escribirlas para pasar el rato. Pero si quieres continuar la historia, espero que la disfrutes.