Me miraste con esos hermosos y profundos ojos verdes, esos mismos que me habían cautivado desde la primera vez que te vi, en aquella cafetería ¿lo recuerdas?, estabas sentado simplemente tomando un poco de cafe con una expresión de serenidad y tu mirada perdida en la ventana, no pude resistirlo tuve que acercarme, algo inexplicable me atrajo hasta ti, porque seamos honestos ¿Quien se puede resistir a tus encantos? recuerdo que te pregunte:
- ¿Puedo sentarme aquí?- a pesar de que el lugar estaba casi vacío, probablemente creíste que era estúpido por no fijarme que había muchísimas mesas mas.
Pero si te soy sincero fue la mejor estupidez que pude cometer.
- Por supuesto - Contestaste con una sonrisa que me dejo ver tus hoyuelos. Y yo olvide como respirar.
Supongo que desde ahí ya estaba atado a ti, comenzamos a charlar, descubrí que eras simplemente increíble,agradecí el clima helado de la ciudad porque me hizo entrar a ese lugar, por que me hizo conocerte, porque allí empezó todo.