Y había un espacio dentro donde ya no era parte de ninguna función, lo único que quedaba era yo tras bambalinas sin nada dentro, como el escenario con las luces apagadas, como el vacío de las butacas , ni un solo gramo de cuerpo externo quedaba dentro de mí, ni una sola voz se proyectaba en el espacio, nada había más que un unipersonal sin escribir. Por que el director murió. Y salí a patear veredas a entregar folletos de que en algún momento se estrena esa función, voy a encontrar al director, voy a encontrar algo para decir, veni quédate dame una propina, veni quédate hablo de lo que te guste,publique una historia en instagram que decía a gritos: que les gustaría escuchar?, que quieren que diga? de que tengo que hablar? y ninguna notificación llegaba el aire me faltaba, la excitación interna de intentar que mis órganos no salieran por mi boca junto con la comida de ayer. La desesperación de no ser lo que se espera, lo que se estipula lo que se desea, pero cuidado que ya voy a volver.