A veces los imprevistos no tienen contexto y las desgracias no ocurren por nuestra culpa. ¿Significa que dejamos de echárnosla? No. Oliver intenta comprender sus predicamentos, su nueva vida y evitar que su mente lo ahogue. Todo eso sin dejar de ver feliz a su familia, tener éxito en los estudios, atender sus visitas al médico, llevar una alimentación balanceada, tomar aire fresco de vez en cuando, mantenerse estable y relacionarse con la gente. No tiene dónde esconderse y tampoco la certeza de que pueda lograrlo por cuenta propia a esta altura. Sin embargo, así como la vida quita también trae. La pregunta principal es: ¿Lo aceptará?