Me atrevo a decir, que estas historias pintaron cada aspecto de mi existencia con marcas que aún llevo conmigo, marcas que quedan para siempre en mí..
Estas palabras ocupan un desahogo emocional cargado de sentimientos plenos, de hechos que pasaron, que me persiguen, me susurran, me asustan cada noche al intentar conciliar el sueño. Como si la secuencia se repitiera una y otra vez.
Desde lo más remoto de mi oscuro y trastornado corazón, salen estos relatos de mi cotidiano andar, mostrando a todos los lectores, que estas historias no tienen continuidad en sí, solo un temor remoto a estos recuerdos que aún me muestran que la vida es incierta la mayor parte de ella.
Muestro ante ustedes, con estas humildes palabras, mi cabeza, corazón y alma, como un conjunto completo e inexperto, un mecanismo de mí vida que aún no logro entenderlo.
Cada casa, cada vida, cada momento es un mundo, solo nosotros mismos sabemos cómo nos sentimos cuando nos sumergimos enteramente en él.
Los invito a mi vida, pasen sin miedo, se acostumbrarán a las injusticias que me entrego el destino.