Las reglas de la isla Williams son sagradas. Vive. Ama. Olvida. Ten fe. Lucha. Arriesga. Si sigues sus reglas... podrás sobrevivir. Ella es la elegida de la marca elemental y él su guardián. Adara y Enzo jamás imaginaron que sus vidas fueran tan importantes, ni mucho menos que estén conectadas a una diosa y a una maldición que hace tambalear su amor. Ahora ya lo saben. Tommy no es el malo que todos creían y Vladimir -alias Jonathan Williams- es un antepasado de Adara que ha vuelto para quedarse con la isla... y con algo más. Enzo hará todo lo posible por proteger a Adara y sacarla de la isla antes de que su tiempo se agote. Lo acepta, acepta ese cruel destino a pesar de que por dentro su lobo aúlla desgarrado porque no concibe dejar sola a su loba. Adara ignora una parte de la maldición que no le fue revelada y que desdibuja su futuro con Enzo. ¿Pero por cuánto tiempo podrá ocultarle Enzo que se está muriendo y que acepta ese sacrificio para salvarla a ella? Todo se complica y los secretos siguen. Tymora -sierva leal de Ériu- es la viva imagen de la frialdad y nada la perturba. Solo vive para su diosa. Y no le importa que piensen que no tiene corazón. Solo desea que Enzo y Adara cumplan con su deber. Todo tiene su porqué en esa isla. Y aquellos que se adentran más allá de la mansión les aguarda un destino marcado por la divinidad. Pruebas. Enigmas. Peligros. La isla Williams no es una isla normal. El tiempo se agota y Jonathan no descansará hasta hacerse con la Esfera de Ériu y matar a Adara. Solo el amor verdadero puede pasar las pruebas que llevan a la auténtica felicidad. ________ Copyright © 2019-2020 El latido del deseo. Parte 2. Obra sujeta a derecho de autor.