Ella se encontraba sola, a obscuras, acompañada solo por las lágrimas que salían una a una sin detenerse. Aun recordaba la discusión, era su culpa, lo sabía muy bien y aun así, no sabía porque se negaba a reconocerlo frente a él, tal vez era muy orgullosa, estaba cansada de equivocarse o de pensar que él siempre tenía la razón, fuera lo que fuera, tenía la noche y su almohada para finalmente decidir qué es lo que haría.
Al despertar lo primero que noto fue que no solo llovía en sus ojos, el día la había recibido con una llovizna intensa. Revisando su celular, encontró un mensaje que tenía un par de minutos de haber llegado "olvidémonos de errores, que es lo que quieres hacer al respecto?" sin saber que responder, solo se sintió más culpable continuando su llanto...