Desde el primer día en que se conociesen, Andrés supo que había algo especial en Néstor. No podía dejar de mirarlo. Incluso tres años después de convivencia, no hay día en que no quiera pasar todas las horas libres del día con él o que no se sienta tentado a tocarlo de alguna forma. Néstor no lo sabe, pero pensar en él, tener su apoyo, es su salvavidas cuando sus padres lo meten en medio de alguna de sus continuas peleas y solo siente deseos de cerrar los ojos, aspirar hondo y desaparecer.
Néstor, en cambio, no esperaba pillarse por su compañero de piso. Es algo que pasó sin más. Andrés mejora sus días con su sola existencia; es guapo, buena persona y siempre está pendiente de su bienestar. ¿Qué más se puede pedir de un chico? Quizá que este no estuviese enamorado de su mejor amigo. Si tan solo Luis no estuviera, si tan solo fuesen Andrés y él, quizá este por fin se fijaría en él, ¿no?
Pero hay veces que rendirse es la única solución posible. Hay veces que nunca existieron posibilidades. Hay veces... Hay veces que, quitarse del medio, es la mejor opción para todos, sobre todo para su corazón.
¿O tal vez está equivocado?
Primera versión @2020
Obra registrada en SafeCreative: 2006114394088
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Ella odia la atención
Él adora la fama que tiene como jugador
Ella ama leer
Él ama el fútbol
¿Conseguirán ser más que amigos aunque ella sea vasca y él catalán? ¿Aunque ella odie el fútbol y él leer? ¿Aunque él la vea como la fan del Athletic y ella como el defensa del Barça?