Al llegar, saqué con mucho cuidado la navaja de mi suéter la moví y la luz reflejada en la misma desprendía un brillo que me incandilaba. Sabía que la sombra me estaba viendo, Me vigilaba, no hoy, si no, siempre No había otra forma de salvación. Esta no era mi decisión, era una orden que estaba por ejecutar. Una como las muchas anteriores que tenía que haber hecho; Constantemente recibía sus amenazas. Las lágrimas recorrían mis mejillas, mientras se cristalizaban. Acerque la navaja torpemente a mi brazo, y la presioné contra el mismo. Mi rostro se contrajo de dolor, La primera gota caliente se asomaba y sentía como la sangre recorría parte de mi brazo para después caer sobre la nieve. El ardor comenzaba a emanar de la herida recientemente hecha, y la sangre pigmentaba la nieve con su fuerte color. Sentí como mi cuerpo temblaba, Aferrándose a la vida, no quería esto, definitivamente no podía, pero no había otra opción. Cada vez podía ver más sangre y mi brazo ardía de una manera inimaginable, podía sentir su mirada sobre mi desde lo lejos. Cuando levante la mirada, me topé con él. esos grandes ojos fríos se fijaron en los míos. Su grande mano sacó de su abrigo un arma; El sonido de un disparo fue lo ultimo que escuché mientras mis ojos se cerraban lentamente. Senti el agua helada en mi cuerpo y me dispuse a mi final. Queda prohibida cualquier copia o adaptación de esta historia.