Eran adolescentes, sin el más mínimo interés en el amor, uno centrado en su amor por la música y otro en la admiración a la tecnología, cómo es que siquiera se llegarían a conocer y mucho menos a agradar entre si..
Bueno, el destino a veces juega a tu favor y te da las cosas que no creiste necesitar, te muestra emociones y aventuras que no creiste vivir, o acompañar y te das cuenta de lo bien que te hace una persona.
Eran adolescentes sin idea de lo que estaban a punto de vivir:
Mama Elena yo no tengo tiempo para una novia,¡Yo seré un gran músico! y no tendré tiempo para eso -se escuchaba a un joven moreno en un pueblo mexicano en Santa Cecilia-
Dashi no empieces!, yo no quiero una novia, no me interesa y lo sabes, así que cállate y déjame trabajar -un nipón de aspecto desalineado escupió con recelo en su garage en la gran ciudad de San Fransokio-
Uno muy alejado del otro, con el mismo pensamiento, demasiado ocupados en sus afisiones, sin tiempo para romance, sin tiempo para el amor.
°Los personajes que aparecen no son de mi autoría°
°Posibles faltas de ortografía°
°Historia de mi autoría°