Había conseguido llegar a su helado corazón, había visto su sonrisa más sincera y sus abrazos llenos de cariño me habían abrazado con fuerza. Tenía a la persona que más feliz me había junto conmigo, pero lo perdí, lo perdí por la sed de venganza, lo perdí por ser tan sumamente idiota. Sus ojos verdes me miraban decepcionados mientras me esposaba, ¿Pero como no mirarle así? Le juro a Conway y a Volkov que daría su vida por el cuerpo y que estaría siempre ahí, y ahora estaba siendo esposado y de camino a la federal, ¿Qué había cambiado? Todo. Todo cambio después de recibir un disparo en cada pierna, necesitaba venganza, bueno eso le decía su hermano. -Horacio y Gustabo han estado en la federal durante un año, no Dan y Fred, Gustabo y Horacio buscan venganza por qué han sido expulsados de la policía, no dan y Fred, ¿¡Escucharon!? -exclamo el intendente, asentimos vigorizados -. Eres Dan -me señaló -. Y tu Frederick. No quiero que Horacio y Gustabo vengan para NADA a la comisaría o se junte con algún policía, ¿¡Escucharon!? Tomarlo enserio por qué aquí tenéis más riesgo de morir. Gilipollas. Horacio y Gustabo volvían a ser los enemigos, Horacio y Gustabo habían dejado de ser visto como los buenos, y en parte me encantaba, libertad y acción, lo que no me gustaba, mentir a Volkov