Nunca he creído sobre aquellos dichos, que decía la abuela, "De tal palo, tal astilla", " Del dicho al hecho, hay mucho trecho", y cosas sin sentido. Hasta que llegó aquel joven, a la mitad de la carrera, con aquel carácter tan peculiar, pero recordé "Las apariencias engañan" y así fue, todas mis especulaciones sobre el, eran falsas, se convirtió en aquel humano en el que me ha jodido lo hermoso que era ir al instituto. Lo odio, lo odio y maldigo el día en que llegó al instituto.
Pero mis amigas se han encargado de hacerme creer que "Del odio al amor, sólo hay un paso".
Novela totalmente mía, no permito ninguna adaptación, bajo ningún concepto, sin mi consentimiento.