--Sé lo que realmente deseas.--Susurró el argentino desde detrás de él, un siseo en el oído, provocando que este se estremezca, pero aún así sin apartarse.--Si sólo queres un poco más de confianza intenta dejar de ser un fraude, Dios griego-- Pero eso no era lo que Ucrania estaba esperando que diga, y Argentina lo sabe, así que sólo rio con altanería ante la inhóspita cara de su "amigo"--Y dejemos este cuentito de los enemigos inestables si tanto me deseas a mi. Y ante lo último Ucrania se apartó, sin decir nada ya que había gente, porque lo odiaba y nunca sucumbiría ante esos deseos que sólo el argentino le provocaba.