«Estaba encasillada y me acababa de comprar un piso que con la crisis venidera a duras penas podría pagar, pero todo cambió a raíz del accidente. Mi vida dio un vuelco sin posibilidad de marcha atrás; o, más que un vuelco, un salto, un salto enorme».
Así empieza el relato de Laia, una actriz de teleseries encasillada en papeles lésbicos que no ha estado nunca enamorada. En cambio, Lucía, la guionista del largometraje que protagoniza Laia, parece haber perdido la esperanza en el amor. Juntas se embarcan en un proyecto que puede lanzar sus carreras profesionales... Pero el vuelco que sufre la vida de Laia no se limita a lo laboral: la metamorfosis es más profunda y en su epicentro se halla la sonrisa de Lucía.
Con sentimientos intensos y píldoras de humor, esta novela no solo nos cuenta una historia romántica, sino que deviene tanto una parodia como un homenaje de las películas de superhéroes de las últimas décadas.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.