Estar tranquilamente bebiendo para superar una ruptura cuando un escultural chico con unos ojos y un rostro que corta la respiración se te acerca e insiste en meterse en tus bragas, te salva la vida y parece saber lo que piensas ¿Suerte? ¿Destino? ¿Dios? ¿Harry Potter? No creo en nada de eso. Amigo mío, esta es mi historia, puedes creerla o no creerla, pero te lo aseguro; no he conocido en toda mi vida un chico como ese, ni siquiera en un libro y, si te gusta leer, que lo supongo, sabes que eso es difícil de superar.