Como un alma eternamente encadenada no se atrevía a mirar al pozo en donde él arrojaba sus cartas, las cartas que caían al vacío infinito. Él siempre ha estado solo. Un corazón perdido lejos de la realidad para proteger su corazón de la culpa. Las personas son alguien y él es nadie. Nadie está lo suficientemente loco para sentirse lo suficientemente solo. Las cartas y el amor no corresponden a su obsesión. El arte de amar es locura. Nadie está tan loco para enamorarse de la soledad. O tal vez sí, aquél que caen en sus brazos.
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