Tras más de veinte años en la oscuridad, ahora sabía mejor que nadie lo que era despertar y sentir el abrasador calor del sol a su lado, iluminándolo no solo en la cancha sino también en su vida y, con riesgo a sonar egoísta, quería que ese esplendoroso sol alumbrara sus días hasta que el final llegara. Sabía que su hilo rojo estaba conectado a ese hombre de naranja cabellera y sonrisa deslumbrante. Estaba seguro que, si Shouyou estaba a su lado, el sol siempre brillaría mañana.All Rights Reserved