Catra no tenía una completa pasión al arte, sin embargo lograba hacer obras para sus exposiciones finales como estudiante. Pero había una traba en su desarrollo: una chica rubia, curiosa como ninguna. La veía criticando sus obras. Cada que salía un nuevo cuadro suyo, aquella chica de ojos azules lo estaba contemplando. "No, no lo entiendo", esas eran sus palabras exactas, y Catra las había aguantado hasta que un día se cansó. No se daría por vencida hasta darle una lección a la rubia, y si eso implicaba cambiar su forma de ver su arte, entonces lo haría. Tenía una meta ahora: Hacer que Adora Grayskull se arrepintiera de sus palabras. Pero todo se daría la vuelta en contra de Catra, y no tendrá más opción que ver el punto de vista de Adora. Porque todo es cuestión de perspectiva, y tarde o temprano ella lo tendría que saber.