A medida de que mi vida fue cambiando, mis respuestas a las incógnitas de los demás fueron distorsionandose a lo peor. Después de pasar de esto: -Y dinos Gema, ¿qué sentiste cuando estabas sobre el escenario en la pasarela del Miss World? -preguntó intrigada y tan sonriente la presentadora de uno de los mejores programas de farándula y televisión del país. -Bueno, a decir verdad, fue maravilloso, sentía una gran euforia cuando escuchaba al público gritar mi nombre. -sonreí aún mas al recordar tan espectacular momento y una pequeña lágrima se asomaba por mi ojo izquierdo pero con delicadeza la sequé. -Gritaban tanto que casi no podía oír la canción para desfilar. -ambas reímos por mi comentario -Pero fue un momento indescriptible, me sentí tan contenta, tan orgullosa de poder ser parte de uno de los eventos más maravillosos de todo el mundo... Hasta hace cinco meses que pasaron a esto: -¿Y qué sentiste durante estos últimos meses Gema? -la psicóloga hizo la pregunta al instante que cruzaba sus piernas con elegancia pero aún así no apartaba la mirada serena y tranquila de mi. -Yo... -sentía inseguridad, no sabía si podía expresar bien mis palabras como lo hacía antes -Sentí muchísimo miedo... -pequeños fragmentos de las pesadillas y castigos que pasé se apoderaron de mi mente logrando que mis ojos actúen por sí solos y de un momento a otro volví a tener lágrimas en mis mejillas -Fue una completa pesadilla, jamás le desearía a alguien algo como por lo que yo pasé... sentía en todos esos meses un terror tan grande que dominaba mi cabeza hasta hacerme enloquecer, no podía dormir pensando en que en cualquier momento alguien podía ir a rescatarme o que ese maldito hombre... me hiciera más daño... -relaté con un odio profundo y un miedo latente en mi corazón.