Su carácter silencioso era notado a kilómetros, era callado y reservado, tenía las mejores calificaciones de toda la universidad, era educado, mantenía un porte envidiable. Era el hijo perfecto, el hijo de Todoroki Enji. Pero incluso hasta él tenía sus secretos, uno que mantenía bajo llave enterrado en su clóset. Cada persona que pasaba a su lado solo lograba distinguir lo que quería ver. Y fue por eso que no supo reaccionar cuando el hombre lo logro reconocer. Apretó el borde de la falda hasta dejar sus nudillos blancos por la presión, los ojos de Dabi analizaban toda la extensión de sus piernas. - Que lindo, Todoroki Shoto.