Rachel Morgan descubrió que había concebido un hijo de un hombre de que ni siquiera se acordaba. Hasta ese momento pensaba que su encuentro con un completo desconocido no había sido nada más que un sueño, pero de pronto se vio obligada a enfrentarse a un nuevo futuro con un bebé, y quizás hasta con un marido.
Reid James, por su parte, no había olvidado a Rachel.
Cuando se enteró de lo que su pasión compartida había originado, supo que tendría que convencer a aquella orgullosa mujer para que le permitiera ser parte de la vida de su hijo, porque si no lo hacía, no le iban a quedar nada más que recuerdos de aquella noche de amor, y para un hombre como él no era suficiente.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...