Tras haber sido injustamente vendido. Jeon Jungkook es trasladado a una lujosa mansión en Italia, donde hay jóvenes ejecutando instrumentos en todas partes, romances que implican drogas y armas y Kim Taehyung, el gánster que temporalmente es su dueño, tiene una sonrisa perfecta y ojos tristes, el casi nunca está sobrio.