Cada noche en el bar en donde tocamos, la veo. Ella se queda ahí, observándonos tocar, con un ceño fruncido y una mirada atenta. Me hipnotiza con su cabello rojo sujetado en una trenza, con sus ojos verdes profundos, con su piel pecosa, sus músculos y esa aura amenazante. Entonces, ¿Por qué ha llegado golpeada esta noche y la anterior?. ¿En qué estás metida, Victoria?.