The Stranger -Kaisoo-
  • Reads 10,251
  • Votes 1,462
  • Parts 27
  • Reads 10,251
  • Votes 1,462
  • Parts 27
Ongoing, First published Jun 30, 2020
Mature
A veces las relaciones se deterioran, se vuelven monótonas y aburridas. 

Do Kyungsoo entiende por completo la sensación, por eso cuando descubre que su esposo de hace seis años lo ha estado engañando no puede obligar a su cuerpo y alma a que le duela lo que quizás debería haberle dolido.

Solo hay algo que no puede comprender y es, ¿por qué él? ¿qué hay de malo en él para que su esposo tirara un matrimonio de seis años por la borda? Y es cuando un ser misterioso aparece en su vida para responder a su interrogante. Kyungsoo lo apoda..."El Extraño".




Historia 100% Hecha por mí
Made by: Yuly_exo_1273

⚠Advertencia⚠

Este fic contiene alto contenido yaoi, narración explícita de escenas sexuales, lenguaje para adultos y su poquito de drama. Si eres menor de edad lee bajo tu propia responsabilidad y si no te gusta el yaoi te recomiendo no leer, evitemos comentarios negativos o situaciones incómodos

Y bueno, si eres una EXO-L un poquito pervertida pues bienvenida al fic jaja.

Gracias por leer, comentar y votar. Espero que les guste.
😘
All Rights Reserved
Sign up to add The Stranger -Kaisoo- to your library and receive updates
or
Content Guidelines
You may also like
You may also like
Slide 1 of 10
Bajo tu Dominio  cover
Sangre y Poder. cover
La perdición de los Walker +18 cover
SSXU viendo universos cover
EL IMPERIO DEL DRAGÓN [EDITAR] cover
MIA // Freenbecky(G!P) cover
relatos eroticos cover
𝐈ncest ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ cover
En la misma habitación que el Diablo [Libro 1] cover
La pequeña gigante || Haikyuu!  cover

Bajo tu Dominio

80 parts Ongoing

No la buscaba a ella, ni siquiera me parecía importante su jodida existencia. Pero la vi. Y eso lo jodió todo. La primera vez que vi a Anastasia, no fue una elección. Fue una coincidencia. Una de esas que se clavan en la piel y te carcomen la cabeza. No era especial. No era alguien que mereciera mi atención. Y, sin embargo, en cuanto la miré, no pude dejar de hacerlo. Me obsesioné. Como un puto animal en busca de presa, la seguí con los ojos, con el pensamiento, con cada maldito resquicio de mi conciencia. No había razón lógica. No había un propósito más allá del deseo irracional de verla temblar. Anastasia no lo sabía, pero ya era mía. Y cuando finalmente la tuve frente a mí, cuando supe que no podría escapar, entendí algo: no era solo deseo. No era solo obsesión. Era el placer retorcido de poseer algo que nunca debí tocar.