La vida es corta y larga a la vez. Kirchen sabe que su antiguo amor no fue cerrado pero su corazón se sello, ella lo sabía todo era temporal porque poco a poco día tras día sanaba sus heridas ella no necesitaba de romance apenas era capaz de aceptar los grandes retos y propósitos en su vida, aveces se sentía como esa pequeña joven que un día quedo traicionada, sin confianza alguna asustada de todo y todos; sus creencias fueron lo que la llevo a ese nuevo camino que recorría con mucha alegría y poca inseguridad, pero tal vez Dios había decidido era el momento de dar el siguiente paso y enfrentarse al sentimiento del que tanto temía, no era algo de lo que tuviese el control, un territorio tan conocido como desconocido, pero esos ojos la motivaron, le dieron el pequeño empujón que necesitaba para girar la llave de su corazón. Lamentablemente las pruebas nunca vienen solas debía cerrar capítulos anteriores, aún habían muchas paginas para escribir el final, para escribir el inicio de esta y aunque el concibiese a Ki como perfecta su mente entendía que jamás podrían estar juntos si ella no calmaba sus tormentas pero su alma no podía dejar de hervir en celos cada que la cara de su pasado se le acercaba y ella sonreía como nunca lo había hecho junto a él. Biel se preguntaba si acaso había llegado tarde a la vida de Ki si en algún momento ella pudiese amarlo con la misma intensidad que un día lo amó a él pero quien dijo que la vida tiene una secuencia de pasos claros, que los caminos no pueden tomar pequeños enredos llenos de errores antes de alcanzar uno de los propósitos de la vida conocido como AMOR.