Ha pasado más de un año desde la última visita del Señor Sesshomaru al pueblo de Rin debido al peligro que implica, pues el daiyokai había comenzado, desde hacía varios años, a establecer su imperio y desde entonces no había más que empezado a ganar enemigos: hacía poco había descubierto a un espía entre los suyos, al que logró eliminar antes de que descubriese su mayor secreto: Rin; o al menos eso fue lo que creyó.
La joven de dieciséis años ha encontrado una manera de sentirse apegada al Señor Sesshomaru a pesar de la distancia y el tiempo: pasando horas incontables en el bosque, admirando la belleza de la naturaleza y rememorando viejos recuerdos de sus viajes. Pero estos momentos de pequeña felicidad se ven reprimidos por sus amigas, quienes instan a que deje al lado el bosque y se distraiga con lo que las chicas de su edad suelen divertirse.
Al mismo tiempo, Sesshomaru, quien ya había tomado la decisión de no volver a verla, comienza a cuestionar sus sentimientos hacia la joven humana: ¿qué era aquello que ardía en su pecho y amenazaba con salir desbocado si en verdad no volvía a verla jamás? Pero, ¿cómo hacerlo sin exponerla? Para ello debía eliminar de tajo a sus enemigos. Sin embargo, las guerras suelen prolongarse por décadas, incluso siglos. ¿Rin sería capaz de esperarlo por tanto tiempo?
Entonces, inesperadamente, se le presenta una solución: la flor de primavera, la antiquísima reliquia de los primeros Señores del Oeste, que otorga poder legítimo a quien la porte. ¿Y si la buscaba? Sus problemas acabarían ahí mismo.
Mientras ambos se enfrentan a estas situaciones, no se dan cuenta del grave peligro que amenaza su destino: una curiosa, hermosa, pero peligrosa mariposa que los vigila de cerca.
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Basada en la historia original de Rumiko Takahashi.