Debe ser normal esto, por favor Melani, resiste, resiste un poco más, hazlo por tu hermanito, el aun te necesita, solo resiste-me decía para animarme, mientras gotas de sudor y lágrimas caían de mis ojos, sin olvidar unas cuantas gotas de sangre-no puede ser...-al escuchar que una palanca fue accionada vi una navaja saliendo de un lado de la pequeña máquina, y en otro una aguja de gran tamaño-no...no puede ser-me trataba de alejar de estas como podía, pero al mirar por el pequeño hueco podía observar cómo eran personas quienes manejaban aquella aguja y navaja-esto no es un pinshe juego, ¡¡NO ESTAN JUGANDO A LAS MUÑECAS!!, SOY COMO USTEDES, PORQUE LO HACEN- digo dentro de mi mientras caigo de rodilla y las lágrimas aumentan, siento la aguja enterrarse en uno de mis costados y la navaja cortarme el brazo y parte del cachete-no soy su estúpido muñeco, por favor...paren-no sigo luchando, la navaja me rasguña y se adentra un poco en mí, mientras al lado contrario siento la aguja adentrarse aún más en mi piel
Meghan toda su vida ha sido aventurera, maleducada y desubicada, hasta que tiene que dejar de serlo. La muerte de su padre la hizo viajar hasta el palacio del reino Elaetus con su madre, padrastro y hermanastro, a los qué, aun así, considera una familia.
Pero apenas días después de empezar a vivir en el palacio descubre que hay una maldición en todo el mundo perjudicando a todos los reinos, incluyendo Elaetus.
¿Meghan tiene que ser princesa o descubrir su verdadera identidad?
En todo el recorrido hay un gato negro de ojos verdes que no deja de ayudarla para derrotar lo que sea que perturbe su mundo. Pero al final todo es al revés.