Greco encendió la tele y nos pusimos a ver canales aleatoriamente. Hasta que la tele llegó a un canal de pornografía. Justo en la escena de una mamada ¡él muy caliente pagaba canales de porno! No entiendo ¿por que? Si en internet hay de todo, y gratis. -¡Cambia esa madre!-Le dije. -Eso solo me va a poner más caliente. Pero déjalo ahí. Me la quiero jalar. -¡No mames Greco! ¡Ve al baño! Ambos reíamos. La rebanada de pastel nos estaba poniendo un poco extraños. Su roce, y ese juego un poco coqueto, nos empezó a poner un poco sensibles y susceptibles. ¿Que más podía pasar?Todos los derechos reservados
1 parte