La desesperación estaba por todas partes, los bosques caían, por aquí y por allá el fuego se esparcía. Tenían que ser rápidos, el destino del mundo dependía de ellos y aunque fuesen grandes guerreros, capaces de viajar por días sin descansar y apenas deteniéndose un momento para comer o beber, no podían hacer eso, llevaban a cuatro hobbits y a Gandalf, después de tres días corriendo al fin se detuvieron sobre unas montañas. Aunque todo parecía estar por ningún lado, se podía encontrar belleza y esperanza, Aragorn no lo creía en realidad, quiero decir, no hasta esa noche.
Los personajes no son míos, pertenecen a la trilogía de "El señor de los anillos". Es un capitulo único.