Fer Evanston era de esos chicos que prefería escuchar pop con un par de audífonos inalámbricos en lo que comía una hamburguesa de pollo, perdido en su mundo. Paris Armstrong, lo más cercano a una bomba de relojería que podía estar una persona; bebidas, fiestas, cigarrillos, amistades, y una aparentada impulsividad que le salía de los poros. En otras palabras; dos polos opuestos. Día y noche. Aceite y agua. Dulce y salado. Blanco y negro. Luz y oscuridad. El bien y... lo más parecido al mal. ¿Qué sucederá cuando Paris se vea en una carrera contrarreloj para conseguir un novio?