Era un día como cualquier otro en las hermosas calles en las afueras de Sevilla, no hacía demasiado calor ni demasiado frío, sin dudas el otoño se encontraba a la vuelta de la esquina.
Entre tanta tranquilidad no era reto alguno notarla. Si tuviera que compararla, diría que ella era como un huracán, un revoltoso y muy inquieto huracán.
Allí, aquella tarde de finales de agosto, caminando a orillas de ese prado repleto de girasoles, la vi por primera vez.
¿Quién diría que a partir de ese día todo en mi vida cambiaría?
Acababa de meterme en el ojo del huracán.
Mi Huracán de Girasoles
Ella no era lo que comúnmente llamas bonita, sin embargo, justo ahí, en medio de todo ese amarillo, su pequeña y delgada contextura resaltaba, resaltaba tanto que creí haber alucinado.
Nos miramos. Creo que el verde en su mirada me hechizo o algo parecido, pues llevo meses ya sin verla y esos orbes boscosos no han perdido ni una pizca de detalle en mi memoria.
Chica de las flores amarillas ¿Volveré a verte algún día?
Es extraño, cada vez que pienso en esos ojos una sensación de calidez y paz pura me embriaga.
Dicen que todos tenemos un rol en este mundo, y yo creo que el de ella fue revolucionarme, en todos los aspectos que puedas imaginar.
Ella era arte, magia, era todo lo que yo jamás creí que entraría en mi vida.
Yo era un lienzo gris, y ella una tormenta de colores.
Querido extraño, ¿Está bien si te cuento mi historia?
Una chica que, lamentablemente, creció en un mundo de mierda. Al cumplir los 17, sus padres la metieron en un lugar de mala muerte. Ella pensaba que era lo peor que le podría haber pasado en la vida, pero el destino no tenía ese plan...Un chico de 25 años, que es jefe de la mayoría de las cosas del bajo mundo, estuvo en el momento y lugar precisos; Donde conoce su debilidad y ella conoce que en el mundo que vivía era nada comparado con la mafia.
¿Será que ella soportará este nuevo mundo lleno de peligros?
está historia contiene:⚠️
Escenas+ 18
Violencia
Lenguaje vulgar
Amor posesivo
Toxicidad