Tras pasar un año donde sus vidas aparentemente habían tomado rumbos distintos, Catalaia había logrado alcanzar un reconocimiento internacional como bailarina logrando luego convertirse en productora de grandes producciones. Ante todos aparentaba estar bien, engañándose así misma ya que no superaba su pérdida, cosa que causó que no volviera a ser la misma de antes. Su vida se quedó en un interminable suspenso sin saber que era lo que había ocurrido entre ella y Nathaniel, porque había desaparecido de la manera que lo había hecho. Mientras él,cayendo en la depresión de creerse engañado y traicionado, solo deseaba arrancarse de su corazón y mente a Catalaia. Aunque sus vidas habían continuado y cada uno había seguido su camino, el destino aún tenía una última jugada para ellos. Todo vuelve a sacudirse cuando sin planearlo, por error vuelven a reencontrarse dándose cuenta que quizá el dolor, las heridas y las intrigas de Odette no son más fuertes que el amor que aún sentían. Sin embargo, ya no era solo el amor lo que los podía unir, el perdón era algo que ambos debían dejar entrar antes que fuese demasiado tarde.