Una brisa marina amenazaba el adormecido rostro de un peliverde bien parecido, viéndose tan hermoso y calmado, con una expresión tan natural, con los ojos cerrados y abrazado a sus espadas. Ese bello silencio se rompió por completo cuando fue despertado por un pequeño pelinegro, con una sonrisa más radiante que el sol.
Allí, siendo acompañados solamente por el tiempo, se miraron profundamente entre sí, a pesar de no decir nada, esas miradas decían todo. Esas pequeñas medias sonrisas, esos suaves toques y pequeños elogios florecerían algo más que una simple amistad, una simple admiración.
Pero entonces, el pequeño azabache despertaba de aquel sueño, ¿Quién era aquél chico de cabellos verdes?, ¿Por qué soñaba con él a pesar de que nunca lo había visto?
Tom Riddle logró salir del diario en el momento que le hacía creer a Harry Potter que lo había derrotado, aunque la realidad fue que Tom aprovechó para escapar y volver a tomar lo que perdió hace unos años.