Harry tiene nueve años y medio. Está leyendo su redacción de lengua en una escuela de pago muy prestigiosa de San Francisco. Justo en ese momento en las estepas de Siberia, el avión que lleva a sus padres hacia su pequeño está cayendo al vacío. Quienes le iluminaban cada mañana, estaban perdiendo su luz. Eso era lo que Olexei su psicólogo le había explicado. Esa era la versión de cómo la vida de sus padres había terminado: sin explicación alguna, sin porqués. Olexei le ayudó a aceptarlo. Olexei le devolvió la felicidad. ¿Pero vale la pena la felicidad si todo en lo que creías resulta no ser verdad? Ahora vivía en Escocia, era un tanto peculiar y antisocial. Solamente tenía dos amigos, Andreas y Barabell. Pero una mañana de marzo cualquiera, un secretario enviado por su tía Lillian, un rayo de luz con nombre y apellidos, aparece en su vida. Ese día Harry encuentra una carta en ruso. El secretario sabe ruso Y el misterio empieza. Las mentiras son frágiles. ¿No creéis?