Tres venezolanos, tres diferentes destinos, un mismo sufrimiento: Venezuela. Pero una salvación vieron al tener en sus manos la carta de Hogwarts. Los tres latinos se habían separado, las dos chicas por un lado y su amigo por otro, pero ellos... Una voz interrumpió al narrador, dejándolo a medias. -Wow, un minuto. Esa vaina aburre, le falta nuestro toque, ¿no? -dijo una voz masculina. -Ya vino éste a cagarla -mencionó una voz ladillada de mujer. -¿Cuando no? -reclamó otra chica-. Pero adelante, que David apartó al narrador, ocupando su puesto. Los tres nos fuimos de la patria, salvando nuestro culo de la desgracia llamada Venezuela. Mientras Rachell y Erika se habían ido al instituto Beauxbatons que era para puras mujeres pajuitas y hombres maricos, yo me había ido a otro que solo aceptaban chamos. A los tres nos llegó la carta de Hogwarts y dudamos ni un segundo en dejar la peluca para irnos hacia allá. Dejamos atrás muchas cosas, nuestra antigua vida, a nuestra familia. A pesar de eso, ¿Estabamos los tres juntos, no? Coño, aun así, las vergas y los coñazos que nos tiró el destino no fueron muy buenos. Traiciones, engaños y demás cosas se nos vinieron encima estando en Hogwarts, y por obra del espíritu de Chávez y de Merlín fue que pudimos medio salvarnos, ¿quieres averiguar como fue que lo hicimos?