una visita de una vieja amistad

estuve viviendo con mi madre durante veinte años... ya anciano y mi vida ya con mas de setenta... veía a la misma muerte en el brillo apagado de sus negros ojos... tenía dolor en todas partes del cuerpo... tenía vida como esas velas en medio de una tormenta... así se abrigaba al brillo de un nuevo día... hasta que vi frente a frente a la muerte frente a mis ojos... encarnado en el cuerpo de mi madre... esta me habló profundo y casi en forma de susurro... no temas que el sueño de verdad está tras de tus ojos... y en menos de una mañana esta volverá por tus ojos... allí mora tu esencia... y alli te buscaré en la hora final de tus días y noches... le creí... cerré los ojos y el cuerpo de mi madre no estaba mas... vi una sombra que se deshacía sobre su cama... vi un aroma que me hizo sentir paz... como cuando uno está frente a un atardecer... y supe que mi madre se estaba por ir... cogí el celular y llamé a mis hermanas... todas lloraban y ya casi estaban saliendo a ver a mi madre... miré mis cosas y luego cogí una maleta... la llené con uno que otro bártulos y luego, uno que otro libro... cogí mi maleta y abrí la puerta antes de salir... no me gustaban los mortuorios... ya en la calle vi como llegaban mis hermanas y hermanos y muchos familiares... vi que entraban y subían hasta el cuarto de mi madre... llegaron y luego vi la imagen de mi madre hablando con cada uno de ellos... luego noté que todos empezaron a correr hacía mi cuarto y ya dentro, gritaron... mi madre también... comprendo, me dije a mi mismo... y unos ojos negros empezaron a tocar mi rostro hasta volverse en un sendero luminoso donde una que otra persona andaban muy tranquilas y en paz... dejé mis maletas y corrí hacia aquel lugar... llegué y allí estaban todos mis hermanos... mientras yo trataba de levantarme, estaba tirado en el piso y me dolía el pecho... muy fuerte... muy fuerte...