"Nos cazan. Nos violan. Nos matan... pero ya nos cansamos de huir. Somos lobas, hijas de la noche. Somos lobas, sangre impenetrable. Somos lobas y ya no le tememos a la jauría". Hace cinco años atrás, la peor epidemia mental había sido expulsada en la tierra. El primer síntoma, era una obsesión incontrolable por la pornografía. La etapa final, era el deseo de violar y matar a humanos y animales. Una especie de droga visual originada en Internet y la pornografía extrasensorial de realidad virtual. Una adicción, un virus, una inexplicable plaga cibernética. Las lobas solitarias, como se hacen llamar, son un pequeño grupo de mujeres que se ocultan entre los boscosos laberintos del sur de Chile. Llevan años huyendo, pero ya están agotadas de correr. Sumérgete en el apocalípsis, donde también hay lobos solitarios que se ocultan en la fría oscuridad. Apúrate, porque la jauría está cerca.