Algunos le llamaban loca,siempre al caer la fría noche se le podía ver sentada frente a la chimenea,hablándole a la nada, su nombre era Flor Romero Santos,una anciana de 80 años,hospedada en el viejo asilo de houtand,ubicado al norte del río Nison. Fue traída hace dos años por un par de hijos ingratos,ni siquiera se despidieron de ella,no dejaron un numero para comunicarlos,solo dejaron pagada la funeraria y desaparecieron,desde entonces está aquí,y todas las noches,cerca de las nueve,se sienta frente a la chimenea a relatar cuentos de horror,como si enserio hubiese alguien frente a ella escuchándole.