Toda la vida he estado entre la espada y la pared, entre el bien y el mal, pero la realidad saldrá a la luz cuando menos te lo esperas.
Un chico dulce, un chico tímido, un playboy, eso no existe cuando toda la maldad se encuentra en una sola persona, cuando no se trata de amar, sino de querer tenerlo todo al mismo tiempo.
Cuando te das cuenta que tu vida ha sido una mentira, que el dolor más grande ya lo haz vivido, pero no te imaginas que te espera tras la puerta.
Lo surrealista si existe cuando no sabes porque vives de tal manera y porque causas dolor a quien dices amar, ella se encuentra sometida en una red de espantos, en una vida de mentiras, de las cuales habla todo el rato, tú estás ahí sentado, pero ella no te está mirando
¿Estás seguro que te verá cuando hay tantos chicos esperando?
"No conozco el primer psicópata que se sienta mal al ver en lo que se ha convertido"
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad.
Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad.
Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.