Todos quedaron hechizados por la princesa. Blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y cabello negro como el ébano... Tras morder la manzana y quedar atrapada en un profundo sueño, un príncipe llegó para romper el hechizo. No con su espada, si no con lo más poderoso... un beso de amor verdadero... La princesa... deseaba que la tierra le tragara.All Rights Reserved
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