No entiendo...
No entiendo lo que me está pasando con él...
Si, mi amor comenzó cuando lo vi, pero ahora más que sentir una atracción cariñosa, siento un deseo salvaje. Ahora no importa que tan insignificante sea la actividad que esté realizando, para mi es tan sexy, y su tacto, por más mínimo que sea... logra incendiarme tanto que a veces tengo que bañarme con agua fría para tranquilizarme.
¿Será normal?
Es decir... tenemos un matrimonio de dos años, y aunque éste haya sido provocado por nuestros padres, fue inevitable convivir...
Supongo que puedo echarle la culpa a eso...
Este deseo infernal se debe al tiempo que hemos pasado juntos, y claro, también porque es un conjunto de belleza pura; sus ojos grises, iguales a perlas perdidas del mar, también su cabello rubio oscuro, tan travieso que ni con gel puede ser controlado, por eso siempre se lo deja despeinado, o lo que más me gusta; su pecho que se le marca fácilmente cuando usa esas camisas para ir a su trabajo.
Desearía acostarme aunque sea una vez sobre su pecho...
Para mi maldita suerte, nuestra relación solo se basa en apoyarnos entre sí, y nunca ha llegado más lejos que eso.
No hasta ahora...
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