De pequeño, Derek Wood al verse ahogado por recuerdos y soledad, arrinconado por el propio peso de sus turbulentos anhelos, hizo un juramento.
Con su corazón saturado de un deseo repentino, que parecía ser algo efímero, pero que resultó no siendo su eterna condena, él juró que Adalia Blake sería suya.
El vaivén de aquella mirada azul mar, así como el sabor fresa de sus labios, incluso, el suave caminar de aquellas piernas casi completamente desprovistas de músculo, serían suyos, cada parte de ella se fundiría en él por siempre, así lo había jurado.
Con el transcurso de los años, aquel niño transformado en un hombre dotado de un encanto esplendoroso, con la mente llena de malicia y una enfermiza obsesión ocupando cada rincón de los pasillos de su alma, intentaría cumplir a toda costa aquel viejo juramento, cayendo en el recóndito abismo de un amor obsesivo y sofocante, un amor corrosivo, que le conduciría a romper la delgada línea entre la locura y la cordura.
Derek Wood jamás había amado, ella abriría las llaves de su corazón y sin siquiera percatarse, se conducirá a sí misma a un lugar lleno de unas llamas intensas que acabarían transformandola en cenizas, porque la única manera que él conocía de amar, era destruyendo.
Él era el infierno, y ella iba a arder.
"Te romperé tanto que perderás las piezas de tu propio corazón. El vacío te conducirá a buscarme entre la oscuridad en la que te he estado esperando por una decada. Te despojaré de ti misma, me fundiré en tu piel hasta mi último aliento, eres la primera, eres la única; moriré en tu pecho, me perderé en el relieve de tu cuerpo, me ahogaré en el mar de tus ojos, no me permitas nadar, anhelo hundirme allí, mi único anhelo es ahogarme en ti".
¿Hasta que punto puede extremarse la locura de un obsesionado?
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💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe la copia o adaptación.💫
•Sexto libro de la saga EE.•
•Es necesario leer todos los libros para comprender lo que sucede en la historia y conocer a los personasjes.•
Aquellas tierras lejanas estaban en llamas y en el aire se respiraba el temor de ser los siguientes en sufrir la ira de aquel mal que los acechaba.
La sangre corría como si se tratara de agua, ese líquido vital que comenzaba a escasear. El suelo se manchaba de escarlata y negro debido a la sangre y al hollín de las llamas que se extendían por todas partes.
Todo estaba siendo consumido por un fuego que no se extinguía fácilmente. La gente lloraba y suplicaba pero lo que no sabían era que nadie los estaba escuchando porque en aquel ser no había sentimientos.
La Europa en la que había nacido y crecido su padre estaba siendo azotada por un mal que parecía ser más fuerte que cualquier arma y por eso ella estaba dispuesta a abandonarlo todo e ir allí. Thabita, tan terca y desafiante como su padre, el eterno rey de Britmongh, estaba dispuesta a exterminar el mal de raíz.
Portada hecha por: nay.gess (en Instagram).