Oigo gritos en mi cabeza, gritos que intentan salir, gritos de desesperación, de estrés, de rabia. Son gritos ahogados, gritos que sufren, que no se entienden, que no vocalizan, simplemente lloran. Lloran tanto que gritan. ¿Son estos gritos señal de locura, acaso una señal de lo amargos que se hacen los días? ¿Gritos de rabia por no conseguir mis objetivos, por no conseguir ser como mis ideales? Tal vez sea eso, tal vez solo sea un aviso de mi mente, de que debo hacer algo para sacar al exterior esa felicidad efímera que se esconde en lo más adentro de mi ser. Pero no es tan fácil cuando eres yo.
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