Yoongi se consideraba un chico tranquilo, él realmente no se metía con nadie ni molestaba a nadie. Había pasado toda su vida solo. Siendo abandonado por sus padres cuando era pequeño en un horfanato, el niño con piel de porcelana no tenía a nadie. Nadie lo quería, nadie se le acercaba. Todos sabían que era diferente y esa era la razón por la que todos le daban la espalda. Hasta que conoció a un chico con aspecto peculiar... alguien con quien comparte mucho más de lo que cree.