Arriba, en un balcón había un chico de la edad de Lan WangJi, vestido con una simple túnica blanca. Su largo cabello como el color de la tinta caía por su espalda, enmarcando perfectamente su figura. En la oscuridad, sus ojos plateados brillaban, un claro indicio de su identidad como sacrificio del que se rumoraba. Sin embargo, lo que realmente llamó la atención de Lan WangJi fueron las lágrimas que caían por su cara cuando miraba a la luna que yacía en el cielo nocturno. ... La Secta GusuLan está a cargo de cuidar al sacrificio elegido por los dioses hasta su vigésimo segundo cumpleaños. Durante años, Lan QiRen ha cumplido con ese deber. Sin embargo, después de que fuera llamado para atender asuntos urgentes del clan, se le pide a Lan WangJi que intervenga y cuide del sacrificio durante sus últimos meses de vida.
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